“Busco a alguien que
sea lo más bonito sobre la superficie de la tierra; tan tierno como un bebé
haciendo muecas; tan refrescante como una ducha fría cuando el cielo está
achicharrado. Busco a alguien que sea la alegría de cada día, la paz, la
fortuna… el no va más”.
En cuanto me encontré con aquel perfil, lo tuve claro y le di al superlike inmediato, con borde azul brillante y una estrellita. Esa persona prometía ser especial.
Y no me equivoqué. Cuando descubrí que a ella también le había gustado mi presentación, el match surgió como por arte de magia. Pudimos empezar a chatear y me sentí el hombre más feliz del mundo.
— Alicia, te llamas así, ¿verdad?
—Bueno, más o menos. Me pusieron de nombre Concepción, pero Alicia suena más moderno y me lo he quedado.
—Sin problema, Alicia.
—¿Y lo de Virgilito88? Tienes pinta de ser un tipo cuarentón, simpático y desenfadado. El diminutivo te da un aire cercano, casi juguetón.
—Nada que ver. Virgilito88 es porque soy un forofo de la lectura y he devorado La Eneida 88 veces.
—Vaya, curioso…
—Tu perfil es entrañable, profundo y lleno de mensaje. Si escribes así, seguro que eres una lectora empedernida, como yo.
—Siento decirte que me lo redactó el ChatGPT… y lo petó, la verdad.
—¿Cómo? ¿Qué está hecho con IA?
—Bueno, tú sabes...
—Me dejas descolocado. Si te parece, podemos improvisar un poco sin ayuda de internet. ¿Vale?
—Por supuesto.
—Empiezo yo: ¿Cuáles son tus hobbies, manías, aficiones...?
—Ejem… lo mío son las fregonas, desde las clásicas de tiras, hasta las rotatorias, eléctricas, de spray o vapor. Voy por cien unidades y he tenido que alquilar un trastero gigante porque ya no me caben en casa. ¿Tú coleccionas algo?
—Pues sí, me van los títulos. Voy por diez grados, catorce másteres y cinco C2. Pero, ojo, todos son auténticos, están a mi nombre y en papel timbrado. No como lo que algunos políticos aportan a su currículum. Ah, y también soy aprendiz de filatelista.
—Jo, entre tus sellos, grados y másteres… ¿te queda tiempo para ver series de Netflix?
—Sí, entre reposo y reposo de neuronas, veo películas, pero no de esa conocida plataforma. Me pierden las joyas del cine de antes, aunque también me desternillo con cualquier comedia absurda. Estoy abonado a Filmin, así que mi repertorio de rarezas es poco convencional.
—Flipo contigo… Y la música, ¿eres más de Spotify o de vinilos?
—Vinilos, sin duda. Aunque lo mío es tocar piezas clásicas con la guitarra o el violín. Por cierto, ¿te gusta viajar?
—Mira, los viajes me dan pereza. Todo ese lío de maletas, aeropuertos, idiomas distintos… yo lo paso bien con mis colegas, unas birras y un buen rato de charla. Eso es suficiente aventura.
—Pues yo alucino con las escapadas que te sacuden la cabeza y te llenan de experiencias: perderme por callejones de ciudades raras, probar comidas que ni sé pronunciar, subirme a trenes que parecen a punto de despegar…
—Madre mía, si esto fuera un concurso de compatibilidad, ya nos hubieran eliminado: cero coincidencias. Creo que es hora de decidir si seguimos improvisando o cortamos aquí.
—Jajaja, exacto. Al final, está bien que seamos distintos: si pensáramos igual en todo, sería un poco aburrido, ¿no?
—Totalmente. Yo también voto por seguir… Si sobrevivo, quizá hasta te deje enseñarme tu plazoleta favorita.
—Perfecto. Y, si este rollito fracasa, siempre podré decir que, pese a tu sabiduría infinita, fue la IA la que consiguió atraparte con sus silogismos y frases cautivadoras.
Jajajajajaja, buenísimo!!!
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