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Mostrando entradas de febrero, 2021

123. LA MERMELADA

  Dígale, agente, que no tuve más remedio que matarle. Dígale que quería para él una muerte dulce y que por eso le hice la mermelada con mucho esmero y polvo de calmantes. Dígale que sabía lo de sus planes de suicidio, pero que jamás me hubiera imaginado que se tomara esas dos cajas de ansiolíticos justo antes del desayuno. Dígale que se me adelantó y que tenemos una conversación pendiente cuando regrese del hospital.   Insístale en que lo que no le perdono fue su escueto mensaje de despedida: “Creo que hoy, por fin, me suicidaré”. Al menos podría haber añadido algo de lirismo y afectividad.   16/02/2021

118. HUEVOS FRITOS

  Don Arturo era un tipo gris, enjuto, pelo escaso y corto, de piel negruzca, gruesa, llena de pliegues y con una halitosis repugnante. Le observaba, desde la lejanía, cómo se desenvolvía en su despacho, pretendiendo representar su rol de ejecutivo de manual .   Inmersa en mis pensamientos intrusivos me hallaba cuando recibo un mensaje de comunicación interna en la que se me señalaba:” Srta. Martínez, pase por mi despacho para que face to fac e   le transmita una información relevante que le afecta directamente”.      Salté de mi sillón como un resorte. Llevaba tres meses esperando ese momento. Cuando entré en el despacho el olor se me hizo nauseabundo. Allá estaba mi jefe, con su mirada sobreactuada y su traje de chaqueta de saldo, camisa blanca de la que asomaban los puños con unos gemelos rojos horripilantes y una corbata a rayas que en nada complementaba al resto de la vestimenta. Todo en él, repulsivo. Todo en él de imitación.      Le quería comunicar su despido… Casi no

31. Cena familiar

Cena familiar Sucedió hace dos años durante la cena con la que pretendía festejar su cumpleaños. Toda la familia hizo el firme propósito de no hablar de política, por aquello de mantener la armonía y evitar males mayores. Los temas consensuados a tratar serían: cotilleos, cine, restaurantes, viajes y otros varios con el mínimo calado. Fue su hermano Enrique, asesor de empresas y deportista de sofá, el que, sin pretenderlo, desató la polémica, cuando comentó con una mueca de burla: “Hay que ver lo que ha liado el Kichi con el carril bici”. Todos   se miraron con complicidad, pensando a gritos que ese tema estaba prohibido. Él se quedó sorprendido por la desatada reacción y defendió que el susodicho tema estaba relacionado con la vida saludable y el medio ambiente y que no tenía nada que ver con la política. Lucía, su mujer, dedicada a sus labores y a la vida social, mostró incondicional aprobación a su pareja y fue enumerando todas las ventajas que traía para una ciudad esa

120. Mi otro yo

  Nos presentó mi sobrina. Recuerdo aquel siete de octubre como la fecha que marcó un antes y un después. Al principio no estaba muy receptiva a tus encantos, pero fue conocerte y, poco a poco, hacerte imprescindible en mi vida. A veces me da pavor mi dependencia, mi necesidad de ti, de tu presencia. Cuando vamos de paseo, te miro, te admiro. Sabes más de mí que yo misma. Sin ti no duermo, necesito tocarte, sentirte. Cuando me despierto acaparas todas mis miradas, mis atenciones. Lo eres casi todo para mí: brújula, cómplice, agenda, cámara, banco, cine, enciclopedia. Eres mi canción, mi letra y mi música. Eres tan importante como mi páncreas.   10/02/2021