Nos presentó mi sobrina. Recuerdo aquel siete de octubre como la fecha que marcó un antes y un después. Al principio no estaba muy receptiva a tus encantos, pero fue conocerte y, poco a poco, hacerte imprescindible en mi vida. A veces me da pavor mi dependencia, mi necesidad de ti, de tu presencia. Cuando vamos de paseo, te miro, te admiro. Sabes más de mí que yo misma. Sin ti no duermo, necesito tocarte, sentirte. Cuando me despierto acaparas todas mis miradas, mis atenciones. Lo eres casi todo para mí: brújula, cómplice, agenda, cámara, banco, cine, enciclopedia. Eres mi canción, mi letra y mi música. Eres tan importante como mi páncreas. Eres mi móvil.
10/02/2021
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