Dicen que soy feliz, demasiado feliz comparada con la media. Según el CIS, de obligada referencia a pesar de su merecido desprestigio, saco un notable raspado en el tema de la felicidad. La tendencia y la encuesta predicen que mi felicidad irá en aumento. Esto de las estadísticas no hay quien se las trague. Resto: 2, 0, -2. Toda mi vida la baso en los números porque soy profesora de Matemáticas en Secundaria; sin ir más lejos, ayer conforme iba explicando los contenidos de la unidad didáctica 5, entre “cállate” y “guarda el móvil”, me sorprendí de lo bien que mis explicaciones estaban fluyendo. Multiplico: 2, 4, 8. Claro, que no había tenido en cuenta los bostezos de la última fila y las miradas perdidas de la primera. Divido: 2, 1, 0.5. Tezanos, ¿no decías que era tan feliz? Cuando a las dos y media doy por terminada mi jornada laboral, siguiendo el referido barómetro, después de almorzar y, si y solo si, quiero seguir siendo feliz, debería ver la tele