—¿Qué tal, Ana? ¿Llevas mucho tiempo esperando? Mira, te he citado en este bar para pedirte perdón, de verdad, estoy arrepentido. Reconozco que lo del rollo con esta amiga fue una equivocación por mi parte, de verdad. Mira, cuando lo hacía con ella, pensaba en ti, te lo prometo. Tú dirás que también me fui una semana a un casposo resort en Punta Cana, con la pulserita de “todo incluido”. Es verdad, pero créeme, no significó nada, lo hice porque me daba pena, pero mi corazón estaba contigo. Yo te quiero mucho… di algo, por favor.
¿Será posible? Es un micro de cien palabras y este cretino ha parado de hablar en la noventa y ocho.
—Vete a…
07/01/2022
Muy original la idea, retomer el personaje en un primer y segundo párrafo para (con sus excusas surrealistas) finalizar ingeniosa y disparatadamente.
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