NOCHES MÁGICAS (Ganador IX Certamen Relato Corto Asociación Cultural "La Quema del Boto" de Palazuelos-Sigüenza.Guadalajara)
—Mis días eran corrientes y los compartía con mi entorno más cercano, pero mis noches eran especiales, y no porque tuviera una doble vida y por la noche me bebiera una botella de vodka para olvidar. Mis noches eran mágicas y especiales porque soñaba. Tenía un sueño recurrente que me hacía muy feliz.
El ritual nocturno, una vez que me retiraba al dormitorio, era siempre el mismo: leer un poco, tomar un ansiolítico y dormir-soñar
o viceversa. Antes me daba igual el orden.
Me prefabriqué mi sueño, a conciencia pero también
un poco a hurtadillas, como si de la colocación de un mobilhome en un terreno
no urbanizable se tratara.
Yo era Venus, la de Botticelli: tipazo, melena
rubia ondulada y con un velo que cubría parte de mi cuerpo; ya sé que iba casi
desnuda, pero estaba justificado por motivos mitológicos. Al igual que esa
Venus salía de su concha, yo salía de mi cama al ritmo de ópera con “Una
furtiva lágrima”, cantada por Pavarotti.Cada noche cambiaba el color del velo y, al ritmo
de la romanza, corría o volaba por las calles. Soñaba que era
etérea, que era una diosa de amor y prototipo de belleza renacentista.Quería tener un sueño liberador pero con un toque
intelectual.
Esa noche horrible, salí como todas del
dormitorio para hacer mi viaje semiastral. Como hacía poniente, preferí correr
en vez de volar. No sé cuánto tiempo había transcurrido, cuando me pareció que
alguien me perseguía. ¡Qué raro!, pensé, mi viaje
siempre lo hacía en solitario. Ese alguien se acercaba cada vez más y más, me
estaba persiguiendo, y creo que gritaba algo ininteligible. Tenía claro que era
una voz masculina. Sentí mucho miedo y no se me ocurrió otra cosa que correr
y correr. Se me cayó el velo, que por cierto lo llevaba lila ese día, y cuando
fui a cogerlo del suelo, el que fuera me atrapó y…
—¿Y?
—Me puso estas esposas, señora jueza, y
aquí me hallo ante usted denunciada por escándalo público, resistencia a la
autoridad y por sobrepasar con la música los cincuenta decibelios.
—Bueno, Sra. Ramírez, ¿tiene algo más que alegar en
su defensa?
—Pues sí, si no tiene inconveniente, en mi defensa diré que sólo
era un sueño o eso me parecía a mí.
¿Ud. se cree que de haber sabido que salgo desnuda en la portada del periódico local, no hubiese ido a la
peluquería y adelgazado al menos tres
kilos? No resulta agradable ver una foto tuya, robada, donde el pecho toca el
estómago, con los pelos encrespados y con las raíces sin tinte. Yo misma les
hubiera facilitado una foto, pactada, para mi minuto de gloria.Y ya para
rematar, en el pie de foto el reportero de turno comenta: “anciana de sesenta
años, desnuda y corriendo de madrugada por nuestras calles”… es que no hay
derecho, señora jueza. ¿Anciana, una anciana con sesenta años? Ese comentario sí
que es un delito y no mis "noches mágicas".
Accésit en la modalidad
de prosa del XIV Concurso literario “Francisco María Arroyo Benítez” Centro de
Educación Permanente “Viento de Levante” de Cádiz. 06/05/2019
Me encanta, yo también he soñado al leerlo.
ResponderEliminarMe parece un relato mágico y etéreo como tú en tus noches voladoras. Me ha encantado.
ResponderEliminarMe gusta mucho, te atrapa desde el principio y el giro que da al final buenísimo.
ResponderEliminarYayo de tus relatos este es uno de mis preferidos. Muy ocurrente. Me encanta.
ResponderEliminarHumor desenfadado, crítica mordaz y buen guión. Un placer disfrutar tus relatos.
ResponderEliminarApasiona este perssonaje por su mundo interior, al que llaman locura
ResponderEliminarMe encantan, este y todos tus relatos. Estupendos comentarios !! Anselmo del Olmo
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