—Quizás pudiéramos esperar a mañana, Carmen. Estamos bien así. Ya sabes. Como cada noche, el aroma de la cena inunda la casa, la chimenea desparrama infinitas chispas incandescentes, los niños, acostados, sueñan con los angelitos, la perrita holgazanea agotada de su paseo vespertino, tu madre termina la labor de bolillo en su sillón orejero y dos copas de vino alegran nuestros corazones. Todo está en calma. Somos felices.
—De eso nada, Juan, llevamos de novios diez años. Ya no espero más. Quiero que vivamos juntos y te dejes de chorradas.
13/12/2023
Yo quería ser chica Almodóvar, como Penélope Cruz en Volver , ocultando el cadáver del marido en un arcón congelador. Pero, para mi infortunio, ese universo ochentero y glamuroso se escapó mientras trabajaba como maestra en una escuela de un pueblo perdido en la sierra de las Villuercas. Hoy, uso tacones más sensatos que lejanos. Ya soy mayor, abuela, y tengo pocas ganas de ese mundo de lucimiento y trasnocheo. El manchego, en cambio, sigue imparable: ha triunfado en Venecia y posa, flanqueado por dos bellezas de piel lechosa, altísimas y que sólo se entienden en inglés: sus nuevas chicas. Cuando pensé que había perdido el tren de la fama, de los cócteles y vestidos llamativos, caí en la cuenta de que vivo en Extremadura, y que ese tren de mi vida salió de la estación con horas de retraso y terminó averiado en mitad de una dehesa y de la noch...
Título acertado. Creas esa imagen inicial del mundo ideal para acertar en el desenlace.
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