Hay gente sabia, opinadores profesionales, que lo mismo entienden de la guerra de Ucrania que de la justicia social. Están en los debates televisivos, en la radio y en los congresos organizados al efecto, con hotel, borrachera y visita a bodega, incluidos. Ellos también dominan los entresijos de la felicidad, por lo visto.
Me llama la atención un conocido político, otrora Ministro de Exteriores, que a sus setenta y muchos años, se ha convertido en un personaje omnipresente, menos en el Parlamento Europeo, por cierto muy bien remunerado, está en todos los foros, y justo lo he elegido de confidente debido a su notable grandilocuencia. Como no tengo oportunidad de hablar personalmente con este señor, me he tenido que gastar una pasta en el Congreso del Bienestar que se organiza en mi ciudad este fin de semana.
Aprovechando el primer debate, me lancé y, a modo de pregunta, empecé a exponer mis inquietudes:
Le pongo en antecedentes, señor parlamentario europeo, o lo que sea. Como buena nadóloga y prejubilada, para el desarrollo de mis capacidades cognitivas, memorísticas y con el fin de ampliar mis maltrechas habilidades sociales, me matriculé en el Centro de Adultos próximo a mi domicilio. No había mucha oferta de cursos, así es que opté por el Taller Literario. Pero es que, de verdad, nunca pensé que llegaría este momento. Le explico: “Debo desnudarme y, además, en público”. Ayer, sin ir más lejos y sin más preámbulos, la profesora nos explicó que, en una obra literaria, lo que se escribe después del clímax se llama desenlace, y nos propuso como ejercicio que detallásemos todo lo que escribimos después del clímax. Sí, así como suena. Y como elementos de interés a tener en cuenta, nos indicaba que fuéramos resolutivos, dándole al lector suficiente información: sensaciones, olores… y, si fuera posible, con un toque de escenificación. Nos indicaba, igualmente, que para que fuera verosímil los personajes deberían estar bien armados. Pero, ¿cómo?, ¿es que la gente con poca armadura física no tiene derecho a llegar al clímax?
Señor todólogo, yo pensaba que la vida sexual era un asunto muy privado, muy personal, pero, por lo visto, con la nueva reforma de la educación, quitan Filosofía de la ESO e insertan temas íntimos sin ningún tapujo. ¿Lo ve usted normal? ¿Qué ley orgánica LOGSE, LOMCE o LOE tiene en su desarrollo curricular tratar, abiertamente de los orgasmos? ¿Eso lo tiene usted en su capítulo de respuestas improvisadas a preguntas de variada índole?
Muy buena pregunta, señora participante en el Congreso, los políticos profesionales responderíamos: “Estamos trabajando en ello”. Solo le daré un consejo: Cuando escriba, antes o después del clímax, si alguien lo va a leer, procure no dar titulares, que después es lo que queda.
08/04/2022
Jajaja!! Has elegido a Margallo, pero podría ser cualquiera. Menuda cantidad de ...ólogos proliferan en los medios. Actual y gracioso, como siempre. Un besote.
ResponderEliminarJuegas con los dobles sentido de manera chispeante y magistral. Me encantan tus relatos.
ResponderEliminarSiempre tienes ese punto de sorpresa que no se sabe cuándo va a surgir y eso es lo que te hace única , tu sello inteligente.
No pares...sigue, sigue... ������♀️
Muy bueno señora nadóloga, eres una crack ����
ResponderEliminarJajaja, me encanta!!!
ResponderEliminarCierto es que hay un montón de "todólogos" por ahí.. y parlanchines que la gente escucha y cree como borreguiles
Un abrazo amiga
De nadóloga a nadóloga: Me gusta, es ingenioso y lleva tu particular sentido del humor.
ResponderEliminarComo siempre buenisimo!!!
ResponderEliminarYa me contaras con mas detenimiento ese congreso del bienestar.
¡No defraudas nunca! Usar la actualidad con la creación literaria, con esas alusiones tan bien enlazadas y esa doble imagen que vas llevando en el argumento (con ingenio e inteligencia).
ResponderEliminarEs original, creativo. Siempre con esa ironía propia y divertida. Para leerlo muchas veces. ¡Buen texto!
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