El ruido de un tiroteo consiguió despertarlos de su letargo, eran cuarenta años de matrimonio y… ya se sabe. La rutina se impuso hasta en lo más recóndito de la relación. Pero ese tiroteo callejero les recordó cuando allá por los años setenta ya no se querían e incluso habían pensado en tirar cada uno por su lado. Después, siguieron juntos y hasta hoy.
—Catalina, ya ni recuerdo por qué no nos llegamos a separar.
—Pues yo sí, Juan, por la hipoteca, Juan, por la hipoteca.
26/05/2021
Original, con muchos matices de esas vidas en el tiempo y con un final sugerente y hasta cómico
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