No sé si te fui infiel o desleal. Lo que sé, con certeza, es que nuestra relación se estaba convirtiendo en un vínculo tóxico e inestable. Fuimos creando una obcecada obligación a la convivencia con casi el compromiso tácito de la monogamia. Me sentía presionada, dependiente y subyugada a ti.
Día y noche no dejaba de rondar tu presencia, no dejaba de anotar pensamientos e ideas que luego te comunicaría para saber de tu valiosa opinión y obtener tu aprobación. Poco a poco me fuiste aislando y eso hizo que me alejara de la realidad. Tenía que demostrar mi claridad de conceptos, mi capacidad de síntesis y debía rematar, a ser posible, con un final magistral y sorpresivo. Sonará a sarcasmo, pero tu complicidad y el reconocimiento ajeno me hicieron sentir una importancia ficticia. Estaba crecida. Desvariaba pensando que era la gerente de una fábrica de relatos o la responsable de una columna semanal en un periódico de gran tirada y difusión.
Hoy, en la lejanía temporal, me pregunto la verdadera causa de nuestras desavenencias, de nuestro alejamiento y reconozco abiertamente que quiero volver a ti. Hoy acudo a nuestro pequeño rincón. Ya sabes, ese rincón donde creamos nuestro idilio. Ese rincón dulce y envolvente, donde nos relacionábamos en exclusiva sin tolerar que nadie nos molestara. Ese rincón donde nuestras intimidades de entrecruzaban, donde te recreabas en mi desnudez. Ese rincón lujurioso donde tan buenos momentos hemos compartido el portátil, mis papeles, tú y yo. Debo reconocer que llegaste a mi vida para quedarte. Aquí me tienes: sentada frente a la pantalla en blanco. Quiero otra vez teclear y encadenar palabras. Quiero sentir mi duende volar y mi cuerpo en continuo cosquilleo. Quiero volver a segregar incontables endorfinas fantaseando historias. Y si voy a estirar la mente y las piernas, te abandonaré solo un rato, con la seguridad de que andar me vendrá bien para resolver algún párrafo. Hoy se funden en mí el anhelo irrefutable, las ganas y la necesidad de escribir.
05/10/2020
Todas esas sensaciones tan elocuentamente expresadas no tienen réplica alguna, ese paseo por los distintos momentos... Es un relato muy especial.
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