—Sí, soy su esposa —dijo
Marta, visiblemente abrumada por la llamada recibida a esas horas de la
madrugada.
—¿Su nombre es Victoria Tena Rubio?
—No señor, me llamo Marta Sánchez Aguilar.
—Le llamamos del Hospital la Luz. Juan Ortiz García, su
marido, ha sufrido un desvanecimiento y le tenemos aquí ingresado. Él nos ha
facilitado dos nombres y dos teléfonos, nos da la impresión de que ha habido un
error.
Marta fingió no conocer a Victoria, pero sabía que había
llegado el momento tan temido y, sin dudarlo, respondió:
Cuando Juan abrió los ojos, contempló a sus dos esposas que,
con incomodidad y resignación, le miraban.
01/11/2019
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