Las “Auroras”
Aurora ha perdido un calcetín verde. Debo indicar que, hasta que nos llega el
recuerdo, todas mis antepasadas por parte de madre, llevan por nombre Aurora
y, para distinguirnos usamos el cardinal, yo soy Aurora V, mi madre Aurora IV y
así sucesivamente.
Del
mismo modo que en las bodas tradicionales, las novias suelen llevar algo azul
como símbolo de fidelidad, amor, pureza… o lo que sea; a las auroras de mi estirpe, cuando nos bautizamos nos
colocan un faldón beige muy claro y
unos calcetines color verde Kelly, tono que,
para entendernos, es como un verde hospital, porque según Aurora I, este color
sugiere vida, humedad y naturaleza.

Mi
tatarabuela, tras instaurar esta tradición y razonarla con sus argumentos
pertinentes, se quedó tan pancha. Y las demás hemos cargado con nuestro obligado homónimo, nuestro fastuoso bautizo en
la iglesia católica, apostólica y romana y, como signo de distinción y
originalidad, nuestros calcetines verdes.
Hoy
os confieso mi gran secreto. Llevo más de un mes reuniendo todos los documentos
exigidos por el obispado para que me concedan la apostasía, he echado el faldón
y los calcetines verdes al contenedor de madre
coraje y pertenezco al movimiento “NoMo”, abreviatura en inglés de “No Mothers”
(No madres), es decir, que no quiero tener hijos. Seguro que en
vez de Aurora V, me llamarán a partir de ahora, Aurora “la rebelde”.
Podría
intentar convencer a mi madre de que en los últimos años en España se ha dado
un gran cambio sociológico, que las cosas están cambiando y que blablablá, pero
estoy segura de que pondría el grito en el cielo y no entendería nada. Con lo
cual he optado por mentir piadosamente por el bien de mi saga y, sólo le he
dicho entre lágrimas e intentando simular un pequeño ataque de ansiedad, que con
tantas mudanzas, y al igual que le pasó a Cristina Cifuentes con su trabajo fin
de master, se me ha perdido un calcetín verde. También le pedí suplicante que
fuera ella la que informara a mi abuela de tan nefasto acontecimiento.
La
reacción de mi madre me dejó estupefacta. Con semblante liberador, se limitó a
decir que ya era hora de que alguna Aurora tuviese la personalidad suficiente
como para romper esas rancias tradiciones y que, se lo comunicaría a la abuela,
de forma breve y concisa con una sola frase: “Aurora ha perdido un calcetín verde”.
26/9/2018
Muy sugerente, juegas con el color, la tradición, la saga, el peso de continuar... ¡Buen relato!
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