Quizás sea mejor no llevarles la contraria. Todo estaba organizado para emocionarme en nuestro décimo aniversario de boda: los camareros ataviados con sus mejores galas, la comida más rica y mejor condimentada del mercado gastronómico, la música de los mariachis y el anillo de brillantes que señalaría ese día como mágico.
—Rosa, te amo tanto... Pídeme lo que quieras que en un instante lo tendrás —decía mi marido con cara de Romeo.
—Pues quiero el divorcio, Juan, el divorcio.
20/11/2021
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