El próximo favor se lo pido a Santa Rita. Soy autónomo y ya
tengo al santoral frito de tanto pedir favores: no caer enfermo, que acudan
muchos clientes a mi negocio, tener liquidez para pagar todas las facturas…
todo un sinfín de peripecias para llegar a fin de mes. Con esto del
confinamiento, ya no se trata de pedir favores, ya son milagros y de los
grandes. Es pedir lo imposible, por eso acudí a esta santa patrona.
Cuando
llegué a la pequeña ermita que alberga la imagen, divisé un cartel que estaba
colgado de la puerta adintelada: Cerrado por ERTE, disculpen las molestias.
24/05/2020
El título recoge el desenlace y te anticipa.
ResponderEliminarCon un argumento hábil y el contenido tan actual, refleja una problemática donde se identificarían muchas personas, en esa petición sobrenatural que parece desenfadada, pero que es más profunda y vital, nos pone delante al gremio. Agudo y sutil en el desenlace