El próximo favor se lo pido a Santa Rita. Soy autónomo y ya tengo al santoral frito de tanto pedir favores: no caer enfermo, que acudan muchos clientes a mi negocio, tener liquidez para pagar todas las facturas… todo un sinfín de peripecias para llegar a fin de mes. Con esto del confinamiento, ya no se trata de pedir favores, ya son milagros y de los grandes. Es pedir lo imposible, por eso acudí a esta santa patrona. Cuando llegué a la pequeña ermita que alberga la imagen, divisé un cartel que estaba colgado de la puerta adintelada: Cerrado por ERTE, disculpen las molestias. 24/05/2020