Sufriendo lo indecible por amor me pasé el curso de 2º de ESO. Sufría tanto que me
dolía el alma. Sufría, porque ese compañero de clase no se enamoraba de mí,
porque me ignoraba, porque apenas me miraba, porque no quería vivir conmigo una
historia de amor llena de risas y besos. Lloraba.
Lloraba.
¡Maldición, me ha vuelto a pasar! Justificar a la profe que me he quedado dormida, que he
perdido el autobús del cole, privado,
exclusivo y femenino, Mater Salvatoris y que por todo eso llego otra vez tarde,
es fácil, pero, ¿qué le digo de los ojos hinchados?
03/03/2020
Vemos al personaje, en su mundo juvenil, su invisiblidad. Resulves el desenlace de qué decir o dudar.
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