—Cuando acabes la dejas fuera
—dijo mi madre con voz rotunda.
—No creo que sea justo, mamá.
Estamos usurpando su espacio.
—Calla, dale el paseo y, lo
dicho, déjala fuera, que después se concentra el olor.
Cada noche igual. Desde que nos
desahuciaron, toda la familia duerme en la caseta que construimos para Maggy,
nuestra perrita.
30/11/2019
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