Los
padres de Tomás insistían en recuperar al estúpido de su hijo. Cuando Tomás se fue de casa, encolerizado, dando un
sonoro portazo y con las llaves del coche pequeño, los padres pensaron que algo
grave sucedería.Con toda la celeridad de que fueron capaces la
pareja cogió el coche familiar y fue en busca de su hijo, estaban nerviosos y
acalorados, pero esperaban evitar una desgracia. Se adentraron en la M-30 y
notaron como se iba formando una caravana kilométrica debido a un grupo de
insensatos que iban en dirección contraria. Ellos serpentearon a los locos del
volante, para eludir una macabra experiencia.
Los dos,
pensaron avergonzados y en silencio, que uno de los conductores suicidas
podría ser su hijo Tomás. Fue la
policía la que los sacó de dudas cuando les dieron el alto y se los llevaron
detenidos, porque los únicos kamikazes despistados eran ellos.
28/03/2019
Bien enlazado y clara la imagen de Tomás. La sorpresa en el desenlace. Muy sugerente
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