Se veían en la biblioteca. Todos los días, a la misma hora, se encontraban en el pasillo del fondo, donde estaban los tratados de Historia Contemporánea. Allí se conocieron y allí alimentaban su amistad. Allí hablaban, reían y daban rienda suelta a su imaginación. Se recorrían diariamente y de arriba abajo toda la colección de libros y revistas. Tenían un desarrollado gusto por los ensayos, sobre todo de guerras, se los devoraban en un santiamén y ya estaban buscando el siguiente. Todo era perfecto hasta que fueron observados por humanos y ordenaron una desratización. Tuvieron que desaparecer por un tiempo, pero se volvieron a encontrar y lo celebraron zampándose “La batalla de Argel”. 20/04/2021