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Mostrando entradas de abril, 2021

132. La batalla de Argel

  Se veían en la biblioteca. Todos los días, a la misma hora, se encontraban en el pasillo del fondo, donde estaban los tratados de Historia Contemporánea. Allí se conocieron y allí alimentaban su amistad. Allí hablaban, reían y daban rienda suelta a su imaginación. Se recorrían diariamente y   de arriba abajo toda la colección de libros y revistas. Tenían un desarrollado gusto por los ensayos, sobre todo de guerras, se los devoraban en un santiamén y ya estaban buscando el siguiente. Todo era perfecto hasta que fueron observados por humanos y ordenaron una desratización. Tuvieron que desaparecer por un tiempo, pero se volvieron a encontrar y lo celebraron zampándose   “La batalla de Argel”.   20/04/2021

129. Y mi primo sin venir

Le conocí en la web “Naranja y media.es”, me mandó un beso virtual y mil iconos cariñosos y adjuntó una foto y yo le correspondí con otra y decía que se llamaba Juan Ramón, pero que le llamara “primo” que era así como más caló y día y noche estábamos en contacto con mensajes y whatsapps y a la semana ya estaba ciberenamorada y, aunque nos daba vértigo, ansiábamos conocernos y nuestras hormonas estaban disparadas y planeamos un encuentro furtivo en Rabat y nos encontraríamos a las cinco de la tarde en la puerta principal del aeropuerto, él con un ramo de rosas amarillas y yo con una sonrisa abierta y fresca y llegué a mi hora y él no estaba y ya eran las doce de la noche y mi primo sin venir y estaba oscuro y me empecé a poner nerviosa y el aeropuerto se vaciaba y a unos diez metros dos hombres no hacían otra cosa que mirarme y sus miradas eran amenazantes y mi primo sin venir y uno se acercó y me empujó y se llevó mi bolso y mi maleta y el otro, a volandas, me metió en un coche y

130. EXTRATERRESTRES

  Me llamo Cuca, Cuca Racha, a lo Jame Bond pero en plan insecto. Comparto con el agente 007 que también soy inglesa, pero nada más. Dicen que resulto asquerosa y repulsiva, lo que no mencionan es que tengo poder, soy capaz de hacerme con la cocina de una vivienda en un abrir y cerrar de ojos. Caracterizada y con mucha ilusión me presenté al podio y fui eliminada porque, por lo visto, lo mío no era original. Un tal Kafka había escrito una novela corta en la que el protagonista Gregorio Samsa se había transformado en un enorme insecto, con forma de cucaracha y… no, no. Y   no. Ese insecto era un escarabajo, que en este gremio nos pasa como a los chinos: entre nosotros nos diferenciamos. Qué incultura. Yo tengo forma plana con patas grandes y Gregor era cualquier cosa menos plano: era convexo en ambos lados, vientre y espalda y sus patas, pequeñas. Pero me descalificaron, así que vuelta a pensar. Me vestí de paso de cebra, era fácil, la verdad, solo debía llevar grandes líneas anchas p