Hay novelas livianas, de personajes que se limitan a recrear su cotidiana rutina, y novelones de peso, con verdaderas sagas familiares que afrontan incontables desafíos para sobrevivir a sus desgracias. Hay braguitas, tangas y culottes que están de moda y te hacen sentir más erótica y sensual, y bragas de mayor, con refuerzo y felpa, que te protegen de roces y picores. Podría resultar interesante comparar la necesidad de leer un libro que te apasione con el hecho de ponerte unas bragas que proporcionen comodidad y bienestar. El libro entra en contacto directo con tu imaginación y con tu sentido de la belleza, mientras que la referida prenda toca otros puntos no menos importantes y placenteros de la vida. Tienen algo en común: sin los dos podemos vivir, y algo que los diferencia: según las estadísticas, se venden muchas más bragas que libros. Por urgente necesidad sanitaria corporal, me dispuse a buscar las prendas íntimas que se adecuaran a mis exigencias. Pedía poco o muc...