Nos unió el colegio de monjas, nos separó el destino y el azar quiso que, después de medio siglo, una encontrara a otra y, así, hasta treinta que, inicialmente, formamos el grupo de entrañables amigas de la infancia, y, por ende, el grupo de WhatsApp correspondiente, cuyo asunto es Jurásicas trinitarias . Nos damos los buenos días, las buenas tardes, noches y que sueñes con los angelitos. Te levantas y ya tienes ochenta mensajes. Los abres porque estás esperando uno de tu hijo que vive en Japón, pero no, son de las amigas del cole, que te desean que Dios te bendiga y que pases un bonito día. Como casi todas son abuelas, te inundan de fotos de sus nietos en cumpleaños, travesuras y graduaciones varias. Al llevarnos tan bien, nos hemos apuntado a un curso de “Patrimonio: Conozca su ciudad” y aprovechamos las excursiones para ponernos al día de nuestras vidas. ¿Cómo estás Asunción?, y tu nieto, ¿hizo ya la primera comunión? Dolores, te veo bien, debes animarte y que la depresión