Yo quería encontrar el amor. Estaba harta de apuntarme a talleres literarios y clases de salsa; así que corté por lo sano y recurrí a métodos alternativos. Aunque parezca increíble, conseguí mi objetivo y… mi siguiente conquista se llamará Gerardo Sánchez. Se podría haber llamado Gerardo Diego, pero a su padre el nombre le sonaba familiar, lo había oído en algún sitio y prefirió apellidarle Sánchez. Su madre, aunque parezca raro, en eso estaba de acuerdo con el cónyuge. Por todo ello, mi novio se llamará Gerardo Sánchez Sánchez. Me lo ha dicho una vecina que es vidente en sus ratos libres. Tiene poderes, pero como eso no le da para comer, trabaja por la mañana echando horas en una casa, y por la tarde se concentra y te predice el futuro. Solo me lleva diez euros, por aquello de ser conocida. Ya estaba yo buceando por las redes sociales para localizar a mi nuevo amor, cuando sonó el timbre de la puerta. Por la mirilla vislumbré una persona cuyo aspecto no era desagradable. Dec