Os presento este blog al que he llamado VERBIGRACIA . Esta palabreja es un poco engañosa, parece que significa algo gracioso y nada que ver. Según la primera acepción de la RAE, verbigracia significa “por ejemplo”. Es utilizada con fines didácticos, en textos de Economía o Derecho. Siempre me gustó la dualidad de su significado, el aparente y el real, y es por ello que a mi primer libro también le puse por título Verbigracia. Me gusta escribir, soy solo una aficionada a esto de encadenar palabras, pero lo cierto es que tengo que segregar alguna hormona tipo endorfina, dopamina o similar, porque cuando escribo, mi imaginación, mi corazón y mi bienestar se disparan. Cuando escribo soy feliz. Yayo Gómez
Yo quería ser chica Almodóvar. Quería ser una Penélope Cruz en Volver , escondiendo el cadáver del marido en un arcón congelador. Quería ser una actriz porno como Victoria Abril en Átame . Quería cantar “Un año de amor”, contoneándome junto a Miguel Bosé en Tacones lejanos . Quería vivir el momento gastronómico más memorable de la historia del cine y zamparme con María Barranco ese gazpacho asesino en Mujeres al borde de un ataque de nervios . Quería todo eso, y mucho más. Pero, para mi infortunio, ese universo ochentero se me escapó mientras trabajaba de maestra en una escuela unitaria de un pueblo perdido en la sierra de las Villuercas. Hoy, uso tacones más sensatos que lejanos. Ya soy mayor, abuela, y tengo pocas ganas de ese mundo glamuroso, extravagante, de lucimiento y trasnocheo. Almodóvar, en cambio, sigue imparable. Ha obtenido un rotundo éxito en el Festival de Venecia. Esboza una sonrisa perfecta, aunque poco contagiosa. Luce un traje rosa, de doble botonadura, y se